Viendo pasar la Kromvojoj

El Ultraciclismo es algo que engancha, eso me comentan los conocidos que se han aventurado ha hacer alguna prueba de estas de varios centenares (o miles) de kilómetros, sin asistencia…. donde el recorrido aparte de ser una lucha contra el reloj para ver quien llega primero, es para la mayoría una batalla interna para poder terminar el recorrido en el tiempo establecido.

En mi caso desde hace un tiempo, me ha enganchado el seguirlo desde el sofá de casa, visto desde la barrera la cosa cambia mucho (muchísimo). Me gusta analizar las estrategias que sigue cada participante, ver los setups que utilizan, analizar las paradas que realizan. Quizás algún día me anime ha participar en alguna. Pero de momento la cosa por mi parte llega hasta aquí.

Esta semana pasada aprovechando que la primera edición de la Kromvojoj pasaba cerca de casa, me animé a seguir insitu a algunos amigos y conocidos que participaban en ella.

La primera intención era seguir a Toni Calderón y a Francesc Weiss, pero pasaron de noche y no les pude dar caza. El tercero en la lista era Javier Garcia Reboredo, a Javier me lo encontré justo en el Coll d’Ares. El lo subió por la cara norte y yo por la sur. Compartimos bajada, charleta y almuerzo en Àger. Bocata de lomo con queso, calamares a la romana, 2 o 3 coca colas, un café y un helado se metió entre pecho y espalda el tocayo. Poco me pareció….. Nos despedimos y le desee suerte.

Entonces revisé el dotwatcher y vi que Lael Wilcox estaba haciendo la subida a Coll d’Ares y no podía dejar escapar la ocasión de ver a la Top mundial del Ultracilismo femenino. La duda era si esperarla en Àger o subirme otra vez el puerto de Coll d’Ares. Me decidí por la segunda, con treinta largos grados comencé a subir para dar con ella.

Casi antes de coronar vi en dotwacher que Lael ya estaba bajando. Me esperé en una sombra en un curva y como un Hooligan solté un «Laeeeel!!! Go, Laeeeeel!». Yo creo que se espantó en primer momento. Reconozco que te salga por sorpresa después de una curva un tipo grandote como yo dando gritos puede asustar….

Redujo la velocidad y bajamos juntos. Bajando le comenté que era la segunda vez que subía Coll d’Ares ese día para poder compartir pedales con ella. Hablamos de la ruta, de su experiencia unas semanas antes en Montañas Vacías. Me puse detrás de ella bajando y una vez en Àger la acompañé a buscar comida y bebida. Super amable y simpática accedió ha hacerse una foto juntos. Hasta allí llegaron en una caravana Tomás Montes y Rugile Kaladyte que seguían la ruta haciendo fotos a los participantes.

Le desee suerte y continuó la ruta.

Pasaron los días y algunos de los participantes con los que quería coincidir o pasaron de noche o tuvieron que abandonar. Terminar estas pruebas es una combinación de piernas, cabeza, alimentación, descanso, y otras muchas mas cosas. Para nada es fácil terminar algo así de gordo.

Entonces vi que Iban «Bealta» tras el abandono de algunos participantes era el «farolillo rojo» de la prueba, me puse en contacto con el. Estaba en Salardú, por su paso por la Bonaigua casi tubo una hipotermia, y había decidido tomarse un descanso de un par de días. Me dijo que el jueves estaría en la zona del Montsec y decidí ir a encontrarlo para darle ánimos.

En este caso me acerqué hasta Pont de Montañana en coche y fui dando pedales hasta Tremp donde lo encontré. Paramos para que se comiera uno de los bocatas de mediometro que tenia en la espalda y comenzamos a dar pedales hasta Pont de Montañana por el Puerto de Montllobar.

La subida nos dio para hablar mucho, de que me compartiera sus impresiones sobre la carrera sus planes para los próximos 2 días y por mi parte le hablé del terreno por donde transcurre la Montsec Bikepacking Loop que coincidía con el de la carrera. Conectamos rápidamente, Iban se ve un tipo de buena pasta, sufridor encima de la bici y al que como el dice le encanta «xalar» (disfrutar) dando pedales.

Al final llegamos a Pont de Montanyana y el continuó su camino dirección a Coll d’Ares. Le quedaban 2 días para llegar a Reus rematando la ruta con una subida a Mont Caro. Si os digo la verdad es que no lo veía nada claro llegar a tiempo. Eran más de 400 km con bastante desnivel.

El primer objetivo de Iban era llegar a Tortosa el viernes y así lo hizo. Para dejar para el sábado la subida al Caro y llegar a Reus.

El sábado no madrugó demasiado, salió con confianza. Encaró el Caro de frente y al rato ya vi su foto en instagram en la cima. Su cara reflejaba una felicidad especial, la de quien sabe que va a cumplir su objetivo.

Pocos minutos antes del cierre de meta Iban cruzó la línea y las emociones contenidas florecieron.

El ultraciclismo sin asistencia es lo más parecido al ciclismo de antaño. El ciclismo de la épica, el de no tirar nunca la toalla, es lo que hace verdaderamente especial a este deporte.

Me alegro por la victoria del ganador de la prueba pero también por tod@s los que llegaron a cruzar a tiempo la meta como Iban. Para mí todos son unos héroes.

Los que por una cosa u otra abandonaron, seguro que el próximo año lo volveran a intentar. Quien no lo intenta realmente nunca sabe si puede hacerlo.

Enhorabuena a la organización, lo de esta semana pasada fue algo muy grande.