Pueblo

Del latín popŭlus.
1. Ciudad o villa.
2. Población de menor categoría.
3. Conjunto de personas de un lugar, región o país.
4. Gente común y humilde de una población.
5. País con gobierno independiente.

Hace unos días estaba dibujando una ruta en el ordenador, buscaba la manera de unir una serie de pueblos por los que quería hacer pasar una ruta. La orografía no me lo ponía fácil. Los barrancos, caminos sin salida y alguna carretera con demasiado tránsito tampoco ayudaban. Por un momento pensé «igual no vale la pena pasar por estos pueblos… quizás la mejor opción es tirar recto y no me complico tanto….».

Por suerte la duda me duró poco…. «hay que pasar por allí si o si!«. Y es que los pueblos son uno de los grandes valores de un territorio. Los hay pequeños en los que vas a encontrar una calle y poco más, también los hay de más grandes donde si no te conoces bien sus calles igual te cuesta salir de el. Los hay con edificios de arquitectura tradicional y otros de construcción moderna. Al fin y al cabo todos son pueblos y tienen su valor.

Y es que un pueblo es mucho más que casas y calles. Un pueblo lo hacen también: sus campos, los bosques, sus fuentes, los huertos, los monumentos, las leyendas, los nombres de las casas, la lengua, los animales, las vistas y sus gentes.

Y es que una cosa pasa en los pueblos, y no tanto en las ciudades (en general), es que al ver llegar al forastero montado en su bici un simple «buenos días» puede servir para dar inicio a una agradable conversación.

– Buenos días!
– Buenos días! Oye… y de donde vienes con la bici con esta calor?
– Vengo de Pont de Montañana.
– Que dices!? Con la bici has llegado hasta aquí?
– Lo mío me ha costado… No tendrá un poco de agua? llevo los bidones secos…
– Si pasa! por agua no será…


Me hace entrar en una casa antigua, recorremos un pasillo largo con poca luz y al final llegamos a una cocina.

– Y donde dices que vas ahora?
– Quiero bajar hasta el río para subir al pueblo de Tercui.
– Ahora ya no queda nadie en Tercui… Bueno si, unos holandeses han comprado casas y se las están arreglando. Pues hay una buena subida para hacerla en bicicleta. Has comido?


La mujer tenía una olla grande de potaje que desprendía un olor muy tentador. Se me hacía tarde y no me podía entretener.

Pues te quedas a comer!
– No no! muchas gracias pero tengo prisa.
– Que si! que te quedes!


Sabéis esa abuela que insiste al nieto para que coma un poco más? Pues igual.
Al final me llenó el bidón, le di las gracias y continué la ruta. Esta situación me pasó tal cual en el pueblo de Puyol (perteneciente a Cajigar) , en la Ribagorza baja, con Elisa Piqué de Casa Sarroca. Te das cuenta como he dicho antes que los pueblos son una parte muy importante de la cultura de un territorio, de sus costumbres, de su historia y de su futuro.

Así que cuando pases por un pueblo entra con respeto, callejea un poco, piérdete, saluda a la gente, pregunta y es que cuando salgas te vas a llevar un pedazo a casa.

Y es que ningún pueblo muere definitivamente mientras su recuerdo permanezca en la memoria de alguien.

Javi

Fotos: Cajigar @cajigarexperience